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martes, 19 de febrero de 2013

RETRATO DE UN ASESINO II, de Ricardo Corazón de León.

Este relato fue pequeño, para un micro para el blog "Esta noche te cuento" http://estanochetecuento.blogspot.com.es/2013/02/feb28-retrato-de-un-asesino-de-ricardo.html
pero al escribirlo quiso vivir por sí mismo y se fue extendiendo y haciéndose más largo. Ahora quiere que lo publique pero no sé si no querrá una tercera parte también. A ver qué os parece.




(Retrato de Olga Artigas, especial para este cuento, publicado en Fábrica de Sueños, Edit. El Fantasma de los sueños, 2015. Hecho en tinta china).


Me habían designado jurado de aquellos luctuosos crímenes. Quisiera haber podido declinar pero las causas legales de exención no se me aplicaban. Así que tuve que sufrir aquellas horrendas fotografías de mujeres torturadas, mutiladas y deformadas brutalmente. Los informes, las autopsias, las declaraciones y la autoría del que se declaró culpable.
Mi única manera de sobrellevar aquello era haciendo retratos. Es un hobby que tengo y que me relaja mucho cuando estoy tenso. De ese modo, retraté a Su Señoría, al Secretario, al abogado y, finalmente, al asesino. Su cara era la de un ser demoníaco, perverso, atroz, inigualable. Facciones duras, rostro rígido, rictus cruel, ojos diabólicos y la irónica sonrisa de aquél que sabe algo que nosotros ignoramos y ello le causa un inmenso placer.
Mientras yo dibujaba él me miraba intensamente, tanto que en algunos momentos tuve que girar mi rostro por temor a encontrarme esa torva mirada. Terminado mi dibujo lo guardé apartado de los papeles de la sentencia en la que se le impuso la pena de la silla eléctrica. La opinión pública estaba tan conmocionada por las aberraciones de este criminal que se ejecutó en cuanto fue firme. Y el mundo descansó.
Pasado un año de aquél suceso un crimen exacto al de las veintiséis víctimas anteriores sucedió, al día siguiente otro y otro. Rebusqué en la carpeta donde estaba el retrato que le hice y cuando lo vi, creí desfallecer: El retrato estaba vivo, parecía respirar y mirarme sonriendo, dándome las gracias por crearle el medio para volver y seguir asesinando. Intenté romperlo pero no pude, solo obtuve cortes sangrantes en mis manos como si el dibujo estuviera hecho en una lámina finísima de metal indeformable. Quise quemarlo con igual resultado. Mientras, el grotesco verdugo salía cada noche y de nuevo se producía una muerte con atroces torturas.

Intenté decirles a la policía y a quien me quisiera escuchar que todo se debía a mi retrato. Que el homicida estaba vivo en mi dibujo y no podía matarlo pero fui tachado de loco. Puesto que algún maleficio había logrado crear un ser vivo de un dibujo otro maleficio debería hacerlo inane. Busqué en tiendas de vudú y otros lugares parecidos, hablé con videntes, brujas y todo tipo de magas hasta que di con una que no solo me creyó sino que estuvo dispuesta a ayudarme. Su sobrina había muerto a manos de aquel asesino y desde el más allá el alma de su familiar le confirmó mi historia.
Fuimos a mi casa y, tras las advertencias de rigor, le mostré el dibujo. Dio un salto y con los ojos llenos de espanto y un grito ahogado en la garganta salió de mi despacho. Estaba aterrada pero firme en su decisión. Dibujó un pentagrama en el suelo con algo similar a la sangre, no quise preguntar, puso velas, quemó extrañas hierbas y mientras pronunciaba extraños sortilegios colocó el dibujo en el centro del pentagrama. A continuación salmodiando textos arcanos en lenguas tan antiguas como muertas pronunció el hechizo que produciría el cambio. Yo me agregué a su plegaria y me arrodillé junto a ella.
El asesino me sonreía cada vez más abiertamente. Pero a medida que la noche avanzaba y los cánticos seguían en la habitación en penumbra su sonrisa comenzó a desaparecer lentamente o tan solo era una ilusión mía, no lo sé…
Ahora que empieza a amanecer y que cansados nos rendimos al sueño solo pido a Dios o al Demonio que la magia funcione…
Cuando me desperté no tuve conciencia hasta un minuto después de dónde y qué estaba haciendo. En cuanto me situé, de inmediato, corrí a ver el retrato y… ¡estaba en blanco! No había asesino desmembrador, ya no estaba el torturador y el papel volvía a ser sólo papel pero en blanco. Estaba radiante. Ya no me importaba si me creían o no porque la causa de mis males había desaparecido. Por fin, la ciudad respiraría de verdad.
Quise pagar a la bruja por sus servicios pero se ofendió casi insultándome. Para ella era una obligación acabar con quien termino con la vida de su sobrina. Le di las gracias por creer en mí, por sus necesarios ritos y maleficios y le ofrecí mi número de teléfono por si necesitaba algo en alguna ocasión. Ya me ocuparía yo de no cogerlo, pensaba.
Me di una ducha y salí temprano a comprar el periódico y desayunar. El titular del día en todos los diarios no podía ser más llamativo. Variando palabras o volumen remarcaban el hecho de que: EL “ASESINO TORTURADOR” NO HABÍA MATADO ESA NOCHE por primera vez desde el día en que se cumplió un año de su muerte. Me sentí ligero como una mariposa y con la sensación del deber cumplido. Aunque nadie más que una bruja y yo, sabíamos que éramos los salvadores del mundo al extinguir al productor de la ola de crímenes más extensa y diabólica que hubiera existido hasta entonces.
Desayuné y me tomé el día libre, inventando una excusa para ello. Paseé por los parques y jardines de palacio, por los lagos con sus cisnes y patos, entre los pavos reales y otros animales. Almorcé al aire libre y en cuanto empezó a oscurecer me marché a casa, cansado de tanta caminata y de mi noche sin dormir pero satisfecho. En cuanto llegué me desnudé y me metí en la cama, durmiendo profundamente y descansando. Cuando sonó el despertador estaba fresco como una manzana.
Al cabo de tres días o tres noches, según se mire, una muerte atroz sacudió a los aletargados y confiados ciudadanos que creían que el asesino había muerto o lo habían encerrado, aunque fuera por error. Yo no podía dejar de mirar el periódico. Todo, todo lo que allí había y enseñaba era lo que yo vi en el juicio: la posición del tronco y de los miembros amputados, la boca pintada y cosida, violada y sodomizada y llena de hematomas que ni siquiera habían tenido tiempo de formarse. Horas y horas de tortura debió haber sufrido esa chica. ¡Dios mío! ¿Qué había pasado? ¿Un imitador? Era posible aunque yo detecté como en los otros crímenes algo que siempre creí sin importancia y que, al parecer, era vital para el asesino, un montoncito apenas visible de cenizas al lado izquierdo del cuerpo, lejos del mismo pero hacia el que presumiblemente miraba el cadáver. Eso me dio la certeza suficiente para saber que el asesino, como Cristo ¡Dios me perdone por esta blasfemia! había resucitado al tercer día.


Pero eso no podía ser, era imposible ¿o no? En cuanto salí del trabajo, aturdido y agobiado, corrí presuroso a la caravana de la bruja, mas esta había emigrado. Pregunté, inquirí, rogué pero nadie sabía dónde había ido. Volví a casa exhausto y desmoralizado. Me acosté rezando porque todo esto hubiera sido un sueño. A la mañana siguiente me levanté cansado y dolorido, no me extrañó pues fue una noticia muy desagradable y en cuanto abordé la acera comprobé que nuevamente el asesino había actuado. ¿Qué hacer? ¿Cómo buscar a la bruja cuyo nombre ignoraba? Cuanto más pensaba más confundido me encontraba.
De repente me acordé, ¡el retrato!, el que contuvo al asesino, aquél miserable trozo de papel que un día yo pinté y en el que recogí el alma de un monstruo dentro del mismo. Nunca lo tiré pero no recordaba exactamente dónde lo había puesto. Era una cuestión vital. Debía recordar… Busqué por todas partes y cuando ya estaba a punto de abandonar el registro por infructuoso, del interior de una carpeta voló un papel con lo que me pareció un dibujo que se fue a posar en el suelo lejos de mí.
Mientras me acercaba a él iba temblando. El papel que estaba en blanco nuevamente se hallaba pintado y la pintura enseguida la reconocí como mía. Recogí del suelo el dibujo con los ojos cerrados, aterrado de la mirada del asesino y su sonrisa, las cuales me iba a encontrar en cuanto abriera los ojos. Por décimas de segundo estuve a punto de abandonar, tirarlo sin mirar y huir a otro país, a otro Estado… Deseché la idea por cobarde y abrí los ojos. Si tuviera que describir mi estado en ese momento sería el de noqueado por el pavor. El rostro que me miraba y sonreía perversamente… era mi propio rostro…



lunes, 18 de febrero de 2013

A ESO NO LO LLAMES AMOR, LLÁMALO ME ESTOY ACOSTUMBRANDO






Fue aquel un tiempo extraño, de sentimientos imposibles sacados como de otro mundo, tanto que nos hacían despegar los pies del suelo. No había tiempo, no había espacio, sólo dos seres en un universo infinito viajando incansable, irracionalmente, lo más cercano a la felicidad absoluta.
Y viajando por ese extraño universo, no recuerdo en qué momento topamos con un extraño planeta y su gravedad, la que nos hizo poner de nuevo los pies en el suelo. Casi sin darnos cuenta, aquel espacio vacío comenzó a teñirse de color y ante nuestros ojos, las cosas comenzaron a recobrar su aspecto, la tierra se tornó en tierra, el cielo volvió a tener nubes, nuestros abrazos dejaron de desprender calor y los besos empezaron a perder la magia.
Y sin embargo, te sigo queriendo.
By CEDEQUACK

sábado, 9 de febrero de 2013

Viaje por TAMAULIPAS (MÉXICO)

Uno de los viajes más fantásticos que he hecho ha sido a México. He ido dos veces y aún me queda mucho por conocer. Todo lo que he visto me ha gustado. Pero sé que en determinados estados se sufre mucho por el narcotráfico y corrupción.
Con este vídeo recuerdo y os hago revivir parte de lo más bello que he conocido.


miércoles, 6 de febrero de 2013

RETRATO DE UN ASESINO, de Ricardo Corazón de León.

Este relato participó en el concurso mensual del blog de Esta noche te cuento:
http://estanochetecuento.blogspot.com.es/2013/02/feb28-retrato-de-un-asesino-de-ricardo.html 








 Me habían designado jurado de aquellos luctuosos crímenes. Quisiera haber podido declinar mas las excusas no sirvieron. Así que tuve que sufrir aquellas horrendas fotografías de mujeres torturadas, mutiladas y deformadas brutalmente. Los informes, las autopsias, las declaraciones y la autoinculpación.
Mi única manera de sobrellevar aquello era haciendo retratos. Así que, impelido por una fuerza inexplicable, retraté al asesino. Su cara era la de un ser demoníaco, perverso, atroz, inigualable. Facciones duras, rostro rígido, rictus cruel, ojos diabólicos y la irónica sonrisa de aquél que sabe algo que nosotros ignoramos.
Mientras yo dibujaba él me miraba intensamente, tanto que en algunos momentos tuve que girar mi rostro por temor a encontrarme esa torva mirada. Terminado el juicio se le impuso la pena de la silla eléctrica. La opinión pública estaba tan conmocionada por las aberraciones de este criminal que se ejecutó en cuanto fue firme. Y el mundo descansó.
Pasado un año de aquél suceso un crimen exacto al de las veintiséis víctimas anteriores sucedió, al día siguiente otro y otro. Rebusqué en la carpeta donde estaba el retrato que le hice y cuando lo vi, creí desfallecer: el retrato estaba vivo, el asesino había vuelto y me sonreía.



                                                       FIN




sábado, 2 de febrero de 2013

"EL SECRETO DE BOCA VERDE" de A.M. CALIANI



Y tan próximo como que será el 16 de febrero su presentación en Madrid, en La Casa del Libro de Gran Vía. Hay una fantástica reseña de un buen profesional que podéis encontrar en el blog de Amando LaCueva. Os la recomiendo.
Será la novela best-seller de este año.
http://resenyasliterarias.blogspot.com.es/2013/02/el-secreto-de-boca-verde-de-am-caliani.html

* * * PROXIMAMENTE * * *

Año 2004. Una canoa aparece a la deriva en el río Purús, llevando a bordo el cadáver de un joven francés. Su equipaje: una cámara de fotos digital, un diario de viaje y una espada del siglo XVI sorprendentemente bien conservada. Todas las pruebas indican que forma parte de la expedición en la que viajaba Gérard LeVu, hijo de un poderoso magnate de las telecomunicaciones, que se encuentra retenido más allá de un lugar perdido en lo más profundo de la selva de Perú: Boca Verde. Un lugar donde, según reza un viejo manuscrito, Francisco de Orellana pudo haber fundado una ciudad que ha pasado desapercibida ante los ojos de la Humanidad durante cuatro siglos.

Una operación de rescate en la que no se escatimarán medios, dos periodistas especializados en documentales de ocultismo, un equipo de mercenarios de dudoso pasado, un río perdido en lo más profundo de la selva del Perú, un narcotraficante con sed de venganza y un secreto que lleva cuatrocientos años oculto en la jungla, más allá de Boca Verde. Un secreto que, de salir a la luz, cambiaría el orden mundial tal y como hoy lo conocemos.

«El secreto de Boca Verde» es un trepidante y adictivo thriller de aventuras escrito de forma directa e impactante, que sumergirá al lector en un viaje cargado de sorpresas, miedo y traiciones. Esta aventura no vas a leerla: vas a vivirla como si formaras parte de ella. ¿Te atreves?

* * * PROXIMAMENTE * * *


Os dejo igualmente su presentación por primera vez en RTVCE el 7-2-13: